El ruido en la oficina provoca estrés y reduce la productividad y la motivación de los trabajadores. En consecuencia, el ruido determina la eficiencia en el trabajo que desarrollamos dentro de nuestra oficina.
Existen muchas fuentes de ruido en una oficina: conversaciones, impresoras, aparatos de ventilación o climatización, teléfonos, apertura y cierre de cajones y armarios, incluso el ruido ambiente que llega desde el exterior como el provocado por el tránsito de vehículos.
El nivel de ruido suele ser mayor en oficinas de concepto abierto, sin tabiques o paneles de separación que aíslen acústicamente. Introducir elementos de división del espacio nos permite una visual mucho más ordenada de las distintas áreas de la oficina y serena el ambiente desde el punto de vista acústico.
A todos nos encantan los espacios abiertos en oficinas, pero cuenta con que funcionan bien cuando el espacio es lo suficientemente amplio como para permitir que los elementos “respiren”, es decir, que exista aproximadamente tanta superficie desocupada y disponible para el tránsito como superficie ocupada por mobiliario y otros elementos.
Como el sonido se atenúa con la distancia, este tipo de oficinas abiertas pueden optar por otras soluciones de fonoabsorbencia igualmente eficaces. Sin embargo, es habitual que el espacio del que disponemos sea limitado.
Si es tu caso, te recomiendo la compartimentación estratégica como una opción de diseño y de control acústico a tener muy en cuenta. Hoy en día incluso existen cabinas prefabricadas para ciertos usos muy concretos en la oficina.
Afortunadamente, rara vez es necesario recurrir a ese extremo pues existen diferentes medidas que podemos implementar sin demasiado esfuerzo. En todos los casos es importante poner una especial atención a los materiales.
En este sentido, y simplificándolo mucho, podemos encontrar dos tipos de materiales de interés: los fonoabsorbentes y los aislantes acústicos.
Es importante comprender un matiz fundamental antes de decidirnos por unos u otros y determinar su ubicación. Cuando las ondas sonoras se encuentran con un material, una parte se absorbe, otra se refleja y otra se transmite al otro lado.
Los materiales fonoabsorbentes atenúan la reflexión de las ondas sonoras y limitan la reverberación (eco) del ruido que se origina dentro de la estancia. Sin embargo, la energía ni se crea ni se destruye y aunque algunos materiales fonoabsorbentes transforman la energía acústica en calor, muchas propuestas del mercado favorecen la transmisión con lo que evitan la reverberación, pero no aíslan del ruido entre espacios.
Por otra parte, los materiales aislantes limitan la cantidad de sonido que se transmite al otro lado. Está claro que como aislante acústico un muro de hormigón va a tener muy pocos competidores, pero la reflexión de los sonidos que se produzcan desde el interior tendrá un gran impacto.
Por fortuna, existen diferentes materiales que tienen ambas cualidades. Por ejemplo, la lana de roca o la lana de vidrio que tradicionalmente se ha instalado en muchas construcciones como aislante térmico y como elemento de protección contra el fuego, permite alcanzar reducciones del nivel sonoro de hasta 70 decibelios (dB) y es uno de los aislantes más eficaces tanto en reflexión como en transmisión.
Si has llegado hasta aquí posiblemente buscas una solución para ganar confort acústico en tu oficina. La oferta es tan grande y muchas veces la información tan técnica que es difícil decidirse.
Por eso quiero simplificarte al máximo el concepto del coeficiente de absorción medido, alfa Sabine (αs), que muchas veces se suministra como información técnica de los materiales a valorar. Lo que necesitas saber: es el indicador cuantitativo de las cualidades absorbentes de los materiales, se calcula mediante ensayo con cada material y se ofrece al cliente como una curva que relaciona los valores de αs (entre 0 y valores cercanos a 1) con diferentes frecuencias acústicas.
Cuanto mayor sea el valor de αs, mejores propiedades de fonoabsorbencia tiene el material en esa frecuencia concreta. En la oficina, debemos tener en cuenta el comportamiento del material ante las frecuencias de las voces de las personas que allí trabajan, los aparatos electrónicos, etc., es decir, entre 200 y 2000 hertzios (Hz).
No es una explicación muy exhaustiva, pero creo que te servirá de referencia si estás dudando entre varias opciones.
Y es que opciones hay muchas. Entre las que no necesitan obra, a mi me gustan especialmente los paneles acústicos de PET reciclado, los paneles microperforados y los paneles alistonados.
Los primeros, utilizan las botellas de plástico recicladas para fabricar con las fibras de poliéster paneles de tamaños, formas y colores variados, e incluso con imágenes personalizadas.
Los paneles microperforados tienen muchas alternativas de diseño y en ocasiones se realizan con materiales nobles como la madera.
Los paneles alistonados me apasionan, son elegantes y dotan al espacio de mucha personalidad, por lo que no es de extrañar que estén muy en tendencia.
Eso en cuanto a panelados verticales, pero además tienes muchas más opciones para atenuar aún más el ruido ambiente y darle a tu oficina un plus de decoración.
Las soluciones textiles me parecen fundamentales cuando se trata de dispersar los sonidos o redistribuirlos, es decir, como complemento a los paneles fonoabsorbentes. Moquetas o alfombras técnicas, cortinas acústicas, tapicerías específicas, incluso elementos decorativos en formato de tapiz pueden marcar la diferencia.
Otra opción que aporta mucha personalidad a los espacios son los paneles suspendidos. Puedes jugar con los tamaños, las formas, los colores y su disposición para darle rienda suelta a tu creatividad.
Te aconsejo que los instales en zonas donde hay mucha comunicación como por ejemplo las salas de conferencia o las áreas comunes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que no se debe sobrepasar el umbral de los 55 dB durante el día para que el cuerpo no sufra alteraciones.
En realidad, el ideal sería mantener el nivel de ruido máximo entre 40 y 50 dB en las diferentes zonas de la oficina.
Y aunque en muchas oficinas estos umbrales se superan con creces, afortunadamente hoy en día disponemos de muchas soluciones a nuestro alcance.
Incorporando soluciones de control acústico también favorecerás la reducción del ruido negro. El de las frecuencias infrasónicas que producen muchos aparatos electrónicos y mecánicos y que, según algunos estudios, afecta negativamente a nuestra salud aunque no sea perceptible para el oído humano.
No te pierdas toda la información adicional que iré publicando en las redes sociales respecto al tema de este mes de acústica en oficina.
Y recuerda que si necesitas ayuda para optimizar el diseño de tu espacio de oficina puedes contactar conmigo a través de info@domeinteriorismo.com
